jueves, 21 de diciembre de 2017

¡¡ QUE VIENEN LOS REYES, QUÉ VIENEN LOS REYES !!





¡¡¡Qué vienen lo Reyes, qué vienen los Reyes!!!


Y todos, aunque lo neguemos, estamos en el fondo esperando algunas cosas,  esperamos que por lo menos la vida nos sorprenda, nos haga sonreír y . . .
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Hemos pasado otro año y algunos nos sentimos cansados, defraudados, artos y desilusionados. Y  diréis:¡¡ eso será tú!!  Y sí, me siento un tanto cansada, cansada  de ver como teniendo tanto esta sociedad del consumo se consume a sí misma y se fagocita,  destruyéndose  en batallas estériles e inútiles.

Y en estos días como dicen: “negamos la mayor” , es decir, negamos al amigo, al vecino, al compañero por cuestiones y por temas orquestados por otros, o por nosotros mismos,  pero que al fin y a la postre marcan nuestras posturas, unas veces será la política, el deporte o simplemente  nuestro entorno, llegamos a negarnos la mano a nosotros  y a los demás, negamos la amistad, la sonrisa, porque se piensa de forma diferente, porque se siente de manera distinta, cuando lo que debería importarnos es que tenemos la capacidad de pensar, de hablar, de amar, en el fondo de sentir, porque tenemos libertad y queremos ejercerla. 

Y eso es un lujo, es casi ese oro, incienso y mirra.

Tenemos a nuestro lado al amigo de siempre, a aquel amigo lejano que se traspapeló en el tiempo, al hermano, al cuñado, al vecino, a la mujer de nuestro vecino del 3ª, y al portero de ese edificio que nos abre la puerta con una sonrisa hierática, porque en el fondo está haciendo una puesta en escena semejante a nuestro vecino del 8ª del cual no sabemos nada, ni nos interesa, porque creemos ejercer de esa forma nuestra libertad y el respeto a su libertad, y no, eso no es libertad, pasamos por delante de un mendigo y hacemos como si no lo viéramos, lo convertimos en invisible, Y sí, también hemos convertido en invisible a aquel vecino del 8º , a la señora del 3º o a la limpiadora de esa oficina a la que solemos acudir. 

Pero yo me hago una pregunta, nosotros tocamos nuestra cara con nuestra mano y tenemos muy claro que estamos vivos porque reímos, sentimos, si nos apretamos un pellizco en ella duele, pero… parémonos a pensar, a lo mejor resulta que nosotros también somos invisibles para mucha otra gente, y diremos NOOOOO, eso no. Cómo voy yo a ser invisible? ¿De verdad estamos seguros de ello? Podríamos sorprendernos.

 No podemos negar la mirada, la palabra, una mano a los que nos rodean, no debemos ni podemos dejarnos condicionar y manejar como ovejas por “decretos ley” procedentes de cualquier persona o medio, que puedan condicionarnos a negar esa mayor, a negar la amistad que siempre hemos tenido, y que por diversos motivos, en ocasiones nuestros, otras veces impuestos por la sociedad, o el grupo, nos han predeterminado a hacerlo.

Soltemos amarras y seamos nosotros mismos. Aprendamos a respetarnos primero  a nosotros para solo así poder respetar a los demás, luchemos por una vida llena de humanidad. 

No, no significa que vallamos como “power flower” dando saltitos como gnomos trasnochados.
Somos HOMBRES, que aman, discuten, que están vivos. 

Pero como en el fondo debe de mandar el respeto, el amor, solo así seremos capaces de generar un respeto capaz de superar barreras a lo largo del tiempo,  no solo de esta Navidad, sino a lo largo de la vida. 

Ya sé que muy probablemente pensaréis en que Virtu está de nuevo con sus fantasías, con sus utopías y sí ,tenéis razón en pensarlo. Pero pararos un momento a pensar: realmente no creéis que es posible  hacer algo de esto, ¿realmente es tan difícil intentarlo?

¡FELIZ SOLSTICIO DE INVIERNO! Y ¡FELIZ NAVIDAD!

¡Qué sepáis, qué os quiero!
                                                           Mª Virtudes Várez Pérez .
21 de diciembre 2017


Martin Hurkens, disfrazado de mendigo canta  un Ave María impresionante.  Es curioso observar las reacciones.

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