Zweig publicó:
ERASMO DE ROTTERDAM: TRIUNFO Y TRAGEDIA DE UN HUMANISTA

Y según Weidermann:
“En la vida y doctrina de Erasmo de Rotterdam aprende Zweig el arte de
rebajar conflictos mediante “buen entendimiento” y “voluntad de comprensión sin
más”. Y añade : “Que Zweig, con sus alegatos en favor de la tolerancia y el
entendimiento, coseche en los últimos tiempos, sobre todo en los círculos de
los emigrados, intolerancia e incomprensión es algo que él no alcanza a
comprender”.
Pero es que suele ser frecuente que muchas de las
personas que incitan a la tolerancia, el entendimiento y la comprensión
entre los distintos, los enfrentados, ante situaciones y conflictos graves, resultado de los tiempos difíciles
en que vivimos, por no sé qué regla de
tres serán despreciados, minusvalorados, o casi tildados de “quijotes”,
condenándolos a un ostracismo social, cultural… Y, no conforme con ello, se les atacará por diversos frentes, ya que
se suele hacer cierto aquello de que la mejor defensa es un buen ataque.
Algunos de aquellos que defendían sus ideales tenderán a
tirar la toalla, cansados de la lucha, pero existirán un conjunto de seres
considerados “raros, excéntricos” que pese a todo seguirán soñando por un mundo
nuevo, mejor, en el cual puedan existir cambios tendentes a la comprensión y el
dialogo, a la creación. A un mundo en el que ser un soñador no sea sinónimo de ser
“extraño”. Porque el mundo está
construido por los sueños de todos aquellos que decidieron en cualquier momento
de la historia luchar por un mundo nuevo, rompiendo, cambiando los roles
establecidos, las verdades consideradas absolutas, cambiando la concepción de un
mundo estático como Galileo o como Servet luchando por conseguir demostrar que principio de la vida reside en la sangre, y tantos otros seres
anónimos que o bien ardieron en la
hoguera, o en las lenguas de aquellos que se consideran representantes de la sociedad establecida y por tanto en posesión
de la verdad.
Pero ni siquiera el fuego o el ostracismo impedirán jamás
que esos ideales dejen de transmitirse de generación en generación, muchas
veces “sotto voce”, formando una nueva generación de soñadores con más ímpetu
del que podrían esperar.
Cada nuevo día es un
nuevo horizonte para seguir creando nuevo puentes, lazos de tolerancia, entendimiento, para crear
libertades, y para ser libres nosotros mismos.
Necesito seguir soñando.
Sin ellos, hoy nuestras vidas no serían lo que son. Y sobre
todo no seguirían existiendo soñadores dispuestos a crear...
Mª Virtudes Várez