Luchar, luchar y como
decía Manuel el cáncer no vence, convence.
Luchaste más de tres años
y de repente te has ido. La vida siempre, sobre todo en estos momentos, nos
parece injusta, pero es que fue injusto tu dolor y sufrimiento anterior a todo.
En ocasiones pienso que algunas personas vienen a este mundo para luchar y
encima la vida las machaca. Tenías amor
y dulzura dentro de ti, luchabas contra esos hándicaps que la vida fue poniendo
delante de ti. Recuerdo tus palabras de ilusión cuando me dijiste “tía (aunque
era retía) creo que por fin he encontrado la felicidad, eras feliz. Pero de
nuevo la vida te atrapó , como a tantas otras mujers,y te devolvió a una vida
anterior engañándote de nuevo, te abocó a un poco más de lo mismo y si aún era poco apareció la enfermedad y tú
luchabas, como tú solo sabías hacer.
No te dejaron vivir.
Me duele tu dolor, tu
ausencia, te recuerdo de niña siendo yo otra niña , solo tenía 10 años más que
tú. Se ha cortado la vida, tenías 50 años, solo 50 años.
Que tu vuelo sea libre,
que alcances aquella felicidad que aquí no encontraste, la libertad que
buscaste.
Tráenos la paz.
Y deseo desde lo más
profundo de mi corazón que si existe algo más allá lo encuentres y si es cierto
que nos esperan nuestros amigos, nuestra
familia, al cruzar esa puerta, dale un beso muy grande a nuestra abuelita y que
los sones del violín de José al sonar junto al trombón de varas de Marcelino acompañen
un vals que dé comienzo a un nueva vida.
Te quiero mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario