sábado, 25 de abril de 2020

Se puede pasar por la vida siendo un gran profesor, pero muy pocos son verdaderos MAESTROS, a todos ellos GRACIAS.




 
No me puedo olvidar de esta fecha.
Estábamos en clase y de repente Valero entró por la puerta diciendo lo que había sucedido en Portugal. Era 25 de abril de 1974.
 
A los pocos días pude asistir a una clase magistral, presidida por don Samuel Sáez. Doctor, Catedrático de Geografía Física y por uno de nuestros compañeros, aquel que nos transmitió la noticia.
Fue muy  emocionante el ver a don Samuel y a Valero sentados en una silla de clase, se habían bajado del estrado. Todos nosotros estábamos a su alrededor oyendo cómo José Ramón nos iba desgranando los hechos bajo la aquiescencia de don Samuel. Cuando terminó hubo un silencio que se cortaba, pero se rompió rápidamente con un aplauso general. Está claro que no estábamos toda la clase, si dijera eso mentiría.
Pero me siento orgullosa de  que Valero me regalara la copia del texto, de tener la copia del original, en aquel papel amarillo de las copias mecanográficas, para mí es un tesoro y un símbolo.
 
Un MAESTRO puede marcar los destinos y don Samuel lo hizo. Valero terminó enseñando Geografía en la Universidad, investigando en torno a la Guerra Civil, yo seguí los pasos de aquellas rutas de la cuales hablaba en sus clases, de su paso por el Pirineo, buscando aquellos dólmenes que él había fotografiado en blanco y negro, pero sobre todo busqué San Juan de las Abadesas y lloré al ver aquellas figuras que él mismo había salvado en su periodo como soldado en la Guerra Civil, a bordo de un camión y recordaba su relato sobre cómo, con un fusil, defendió de la barbarie la destrucción del reloj y demás esculturas del altar. Lloré por todo lo que significaba en cuanto  a la toma de posiciones ante la vida y di las gracias.
 
En cierto modo, cuando llegó  el “Diario” de Jesús Asunción a mis manos me acordé de mi Maestro y luché para que saliera adelante pese a los obstáculos con los que me encontré, en la parte que a mí me corresponde de “Comiendo en plato vacío”  hay una parte de él, entre otros.
 
Se puede pasar por la vida siendo un gran profesor, pero muy pocos son verdaderos MAESTROS, a  todos ellos, GRACIAS.