martes, 18 de noviembre de 2014

MORIR DE AMOR, MORIR QUERIENDO Y SIN PODER AMAR.



   Uno de los hermanos "Manocana" vino el día 6 de marzo del 2014 a mi charla sobre "Villena a pie de calle" y me trajo un regalo muy especial, que hasta ahora no había podido escanear, con unos protagonistas: Pilar, Sole, Maruja...

   Eran un tesoro recogido dentro de un sobre en aquellas "debacles" que se producen al vaciar una casa tras el fallecimiento del propietario, siempre quedan fotos, papeles perdidos a los que nadie da importancia, pero que luego pasarán a formar parte de nuestra historia personal. Una historia minúscula, pequeña pero muy importante para entender tantas cosas, para dar sentido a muchas cuestiones. 

   La muerte puso en escena, sin nadie pedirlo,  a los villanos  y a los héroes honrados, cada uno quedó en su lugar.





   La vida de Pilar, mi tía Pilar, es de por sí suficiente para escribir una historia, una historia de amor que llega hasta la muerte, la de un periodo de nuestro pasado siglo con sus luces y sus sombras. Pero a la postre llena de esperanza, pero cuando ya era tarde.
Porque vemos la luz del camino cuando casi llegamos, pero cansados de tanto andar y luchar, desfallecemos. 
 
   Las supuestas normas que se amparaban a la sombra del "¿qué van a decir?, hicieron que aquel amor de entre guerras se cortara. Él había perdido una mano, otros perdieron su vida, él y tú estabais llenos de vida, de ilusión, de proyectos. Pero llegó don Gabino y decidió. Tu obedeciste rasgandándote tu vida, tus sueños. ¿Y él?. Asumió, pero no olvido ."Los dos murieron, los dos seguían amándose."

   Pero yo pregunto, ¿alguien le preguntó alguna vez por su opinión? Todos dieron por supuesto demasiadas cosas. ¿Dónde quedó su libertad? ¿Dónde quedaron sus derechos?

   Dicen que  existían dos Pilares, la que yo conocí  mas tardíamente y la primera Pilar, amargada, pero, ¿por qué motivo se había amargado? La respuesta estaba en el fondo de demasiadas personas que habían decidido por ella. ¿Cómo hubieramos reaccionado nosotros ante las mismas circunstancias vitales?

  ¿Pero no será que no podemos ser siempre los mismos porque las circunstancias, la vida nos arrastra hacia caminos que no deseamos andar, pero que nadie nos deja apartarnos del mismo y nadie nos va a ayudar a salir de ese camino prefijado?

 En el reverso de esta foto hay una frase que a mí me parece profética o más bien definitoria. Está en la terraza con María Olivares : "…verdad que parece un cuento de miedo…"

Sí, realmente tantos sobrinos: Fernandito, José Luis y Gabinito, Maruja, Sole ,…..y yo misma fuimos acogidos, queridos por ella. 


   Tal vez no dio a cada uno lo que cada uno esperaba, y si no, que se lo pregunten a José Luis Várez, quizás sería el que mejor podría explicar su reacción ante la vida, su vida. José Luis se llevó a la tumba una sala en el Prado pero llegó tarde a poder querer a quien tanto le había querido, a quien tanto le había dado. Estaba en deuda con ella y con otros más, tan cercanos como ella.

   Y quiero creer que, como decía mi padre, el hermano de Pilar, Juanito, tan aficionado al Tenorio, que  son ciertas estas palabras:


“- Don Juan. ¡Injusto Dios! Tu poder
me haces ahora conocer,
cuando tiempo no me das
de arrepentirme.
- Estatua. Don Juan,
un punto de contrición
da a una alma la salvación,
y ese punto aún te lo dan”.



 Quiero creer  en ese punto de contricción para todos, no la juzguemos, simplemente amor, recuerdo... forma parte de nuestras vidas.

 Yo, sin embargo, recuerdo a una Pilar llena de ilusión, jugando en la cama a hacernos cosquillas. Haciendo roscas de bizcocho y esperándola por las tardes para ir a clase, cuando ella salía de trabajar, porque prefería llegar tarde a clase, pero a cambio disfrutaba de irme con ella hasta el colegio, no importaba la bronca de las monjas.
Cada uno conocimos a una Pilar diferente.
  
   Y su gran sueño inalcanzable en aquel momento, adoptar un niño,  a pesar de ser soltera.
 
    Pero detrás de los visillos, aquellos a los que yo quitaba las borlas de pasamanería, estaba escondida la muerte. 

  Y después la muerte también se llevó a él,  capturó a los dos.




MORIR DE AMOR, MORIR QUERIENDO Y SIN PODER AMAR.

Mª Virtudes Várez Pérez

miércoles, 5 de noviembre de 2014

PSEUDÓPTODO




     Acabo de inventar una palabra: PSEUDÓPTODO, relativa a todas aquellas personas que solo son pseudo algo pero nada más, van de, pero se quedan en eso, en ir, no son capaces de andar y demostrar que se es consciente,consecuente con aquello de lo que se predica o proclama, ya sea a nivel social, cultural, politico, religioso, etc, etc...

¡Socorro.!

Una vez leí a alguien hablar del problema de los tibios, tibios en las manifestaciones personales, sociales... del ruido que hacen, pero cuyo ruido desaparece como el estruendo de la pólvora al encenderse.

Están comprometidos solamente hasta el grado de interés de su propia conveniencia.


Será cierto aquello de "mucho ruido y pocas nueces".

Esto son, fuegos de artificio.