Uno de los hermanos "Manocana" vino el día 6 de
marzo del 2014 a mi charla sobre
"Villena a pie de calle" y me trajo un regalo muy especial, que hasta
ahora no había podido escanear, con unos protagonistas: Pilar, Sole, Maruja...
Eran un tesoro recogido dentro de un sobre en aquellas
"debacles" que se producen al vaciar una casa tras el fallecimiento del
propietario, siempre quedan fotos, papeles perdidos a los que nadie da importancia,
pero que luego pasarán a formar parte de nuestra historia personal. Una
historia minúscula, pequeña pero muy importante para entender tantas cosas,
para dar sentido a muchas cuestiones.
La muerte puso en escena, sin nadie
pedirlo, a los villanos y a los héroes honrados, cada uno quedó en su
lugar.
La vida de Pilar, mi tía Pilar, es de por sí suficiente para
escribir una historia, una historia de amor que llega hasta la muerte, la de un
periodo de nuestro pasado siglo con sus luces y sus sombras. Pero a la postre
llena de esperanza, pero cuando ya era tarde.
Porque vemos la luz del camino cuando
casi llegamos, pero cansados de tanto andar y luchar, desfallecemos.
Las supuestas normas que se amparaban a la sombra del "¿qué van a decir?, hicieron que aquel amor de entre guerras se cortara. Él había perdido una mano, otros perdieron su vida, él y tú estabais llenos de vida, de ilusión, de proyectos. Pero llegó don Gabino y decidió. Tu obedeciste rasgandándote tu vida, tus sueños. ¿Y él?. Asumió, pero no olvido ."Los dos murieron, los dos seguían amándose."
Pero yo pregunto, ¿alguien le preguntó alguna vez por su
opinión? Todos dieron por supuesto demasiadas cosas. ¿Dónde quedó su
libertad? ¿Dónde quedaron sus derechos?
Dicen que existían
dos Pilares, la que yo conocí mas tardíamente
y la primera Pilar, amargada, pero, ¿por qué motivo se había amargado? La respuesta estaba en el fondo de demasiadas personas que habían decidido por ella. ¿Cómo hubieramos reaccionado nosotros ante las mismas circunstancias vitales?
¿Pero no será que no podemos ser siempre los mismos porque las circunstancias, la vida nos arrastra hacia caminos que no deseamos andar, pero que nadie nos deja apartarnos del mismo y nadie nos va a ayudar a salir de ese camino prefijado?
¿Pero no será que no podemos ser siempre los mismos porque las circunstancias, la vida nos arrastra hacia caminos que no deseamos andar, pero que nadie nos deja apartarnos del mismo y nadie nos va a ayudar a salir de ese camino prefijado?

Sí, realmente tantos sobrinos: Fernandito, José Luis y Gabinito,
Maruja, Sole ,…..y yo misma fuimos acogidos, queridos por ella.
Tal vez no dio
a cada uno lo que cada uno esperaba, y si no, que se lo pregunten a José Luis
Várez, quizás sería el que mejor podría explicar su reacción ante la vida, su
vida. José Luis se llevó a la tumba una sala en el Prado pero llegó tarde a
poder querer a quien tanto le había querido, a quien tanto le había dado.
Estaba en deuda con ella y con otros más, tan cercanos como ella.
Y
quiero creer que, como decía mi padre, el hermano de Pilar, Juanito, tan
aficionado al Tenorio, que son ciertas
estas palabras:
me haces
ahora conocer,
cuando
tiempo no me das
de
arrepentirme.
- Estatua. Don Juan,
un punto
de contrición
da a una
alma la salvación,
y ese
punto aún te lo dan”.

Yo, sin embargo, recuerdo a una Pilar llena de ilusión, jugando
en la cama a hacernos cosquillas. Haciendo roscas de bizcocho y esperándola por
las tardes para ir a clase, cuando ella salía de trabajar, porque prefería
llegar tarde a clase, pero a cambio disfrutaba de irme con ella hasta el
colegio, no importaba la bronca de las monjas.
Cada uno conocimos a una Pilar diferente.
Y su gran sueño
inalcanzable en aquel momento, adoptar un niño, a pesar de
ser soltera.
Pero detrás de los
visillos, aquellos a los que yo quitaba las borlas de pasamanería, estaba
escondida la muerte.
Y después la muerte también se llevó a él, capturó a los dos.
MORIR DE AMOR, MORIR QUERIENDO Y SIN PODER AMAR.
Mª Virtudes Várez Pérez
Mª Virtudes Várez Pérez